NSN.- No fue sorpresa que los Osos perdieran en Denver, lo sorpresivo fue ver que se dejaron empatar y luego ganar, después de tener una ventaja de 10-0, con 2 minutos y 8 segundos para terminar el tiempo regular, por lo que Tim Tebow volvió a exhibir su magia para ganar su séptimo juego como abridor y llevar a los Broncos a su sexta victoria consecutiva, la mitad de ellas, como la del domingo, en tiempo extra.
El joven mariscal, en el su primer año en la NFL, volvió a llevar a los Broncos a una remontada triunfal para vencer a los Bears, teniendo como gran héroe a Matt Prater, primero, para empatar el marcador con un gol de campo de 59 yardas, cuando le restaban dos segundos al tiempo reglamentario, y luego para definir el juego con otra patada de 51 yardas, cuando le faltaban 8:34 minutos al tiempo adicional.
En esta racha de seis victorias consecutivas, los Broncos han tenido como abridor a Tebow, a quien parecía que los Osos acabarían con su magia, toda vez que no pudo anotar en sus primeras 11 posesiones, pero con 2’08” en el reloj, Tebow conectó un pase de touchdown de 10 yardas con Demaryius Thomas, luego recuperó la pelota cuando quedaban 58 segundos y avanzó a su equipo, para que luego viniera la patada de Prater .
Ya en tiempo extra, luego de ganar el volado para empezar el tiempo adicional y cuando estaban a buena distancia para un gol de campo, Marion Barber perdió el balón en la yarda 34 de los Broncos, lo recuperó Elvis Dumervil y el resto ya es historia.
Barber sostuvo una buena actuación, prácticamente fue quien “cargó” la ofensiva del equipo con 27 acarreos y 108 yardas, pero con tan mala suerte que le zafaron el ovoide de sus manos y lo perdió en un momento clave del partido; fue un error, no hay duda, pero no para que los “expertos” lo quieran “crucificar”, y es que el runningback, por momentos, hizo que la afición se olvidara de Matt Forte.
Mientras Caleb Hanie, siguió siendo lo que es, un mariscal novato con escasa imaginación y movilidad, y aunque hace lo que puede, su actuación sigue dejando mucho qué desear, pero en esta ocasión no le interceptaron ninguno de sus 12 pases completos en 19 intentos, racha en la que logró 115 yardas, sin anotación.
Los Osos, matemáticamente, no están fuera de combate, pero deberán ganar los tres juegos que le restan, primero, en el último juego de la temporada regular en casa, este domingo en el Soldier Field, a los Halcones Marinos de Seattle (12m, TV-FOX-32), luego en Navidad a los Packers en Green Bay y en año nuevo en Minnesota a los Vikingos…difícil, pero no imposible.