Los fines de semana, son siempre los más ideales para ir al cine a ver una buena película y hay de todo tipo de cintas: unas para toda la familia, otras más para niños que para adultos y otras sólo para adultos, o para personas de 18 años o más.
Existen clasificacionespeo estas son poco obedecidas por el público mismo, y son cinco: G (para el público en general) PG (para menores acompañados por sus padres) PG-17 (Para mayores de 15 años de edad, M (para personas con mentalidad madura) R-18 estrictamente para mayores de 18 años. No obstante este señalamiento en cada anuncio promocional de un filme es ignorado por varios motivos, resultando afectados los menores de edad.
Poco preocupa a los padres de familia y a otro adultos apegarse a esas medidas sociales y morales, a los dueños de los cines, menos, ya que lo que quieren es vender entradas, llenar las butacas para que todos se pongan a ver escenas de violencia, o sexo, o de las dos, lo que para el niño nunca tiene ninguna explicación razonada.
El daño colateral de esta grave situación recae en los demás que acuden a ver una película con un tema cultural, social o político y son distraídos por la gritería de niños aburridos, llevados por adultos que no se preocuparon por la clase de filme que iban a ver, menos en su delicado, o complicado, contenido.
Me duele, como latino, el ver padres hasta con niños en brazos. El colmo de la ignorancia y la insensibilidad. Las películas no son para todos, por más que se diga en entrevistas a los actores y actrices muchas veces entrevistados en televisión por personas que no tienen la delicadeza de hablar de la clase del contenido, que puede ser excelente para un sector del público, pero muy inapropiado para los menores de edad.
Recientemente los presentadores del programa matutino de Univisión “Despierta América”, entrevistaban a una niña cantante y como enseguida tenía que pasar el comercial sobre una película, la invitaron a verlo, sin preocuparse de qué película se trataba, y al final del mismo, el mismo anunciante indica: “clasificada R”.
Así, hay personas que se van con la finta, porque en radio o en televisión se habló bien de la película o porque vio la publicidad en varios canales, sin saber que en los medios de hoy no interesa la educación de los hijos, ni el trauma que les quede con hora y media de escenas de violencia, sexo y un lenguaje no apto para nadie.
Sobra decir que los pequeños de 4 años de edad, o menos, no están aptos para estar en un cine, y si sus padres los llevan porque no tienen quien se los cuiden, no vayan, después la compra la película o la pide en la misma programación de cable o satélite, pero no encierre con Usted a sus niños en un cine, haciéndoles ver lo que no deben, ni quieren.
Si a alguien se le puede llamar “naco” o “naca” es a esa persona que se sienta en el cine con sus niños a ver una película clasificada R, como para denunciar a los padres acusándolos de abuso y demandar a la empresa del cine por que los dejó pasar.