Hace más de dos décadas comentaba en WOJO 105.1 (entonces llamada “Radio Ambiente”) que el mundo estaba experimentando una nueva clase de ataques terroristas que bien podrían tomar el lugar de las guerras como las hemos conocido a través de la historia. Me refería a los secuestros aéreos y al estallido de bombas por medio de los “beepers” que estaban tan de moda.
Hoy la tecnología lleva los crímenes a otro nivel, desde teléfonos celulares con los que se pueden hacer estallar una potente bomba, hasta la nitidez de documentos multiplicados en las copiadoras e impresoras de alta definición, con las cuales se pueden falsificar millones de dólares.
En una reciente reunión de jefes de policía, jefes de agencias de servicio secreto, alguaciles y otras instituciones policiacas de Chicago y varias poblaciones vecinas, mucho los ocupó el caso de la facilidad con que hoy cualquier muchacho de secundaria puede hacer serias falsificaciones del billete que deseen.
Lo alta tecnología moderna, sino se sabe utilizar debidamente, puede convertirse en nuestra propia enemiga, y aquí no se trata de que los robots que fabrique el hombre vayan a terminar por apoderarse de sus inventores y aniquilarlos, el caso tiene complicaciones más graves y reales de verdad.
Volviendo al terrorismo, los ataques del 9-11 fueron una muestra muy patente del cambio de los tiempos en cuanto a relaciones internacionales, ante los cuales los Estados Unidos ha reaccionado muy bien, con vigilancias vía satélite en torno a las bombas que podría estar fabricando Irán y Pakistán. Los “drones”, como se les conoce a los diminutos aviones espías dirigidos a gran distancia, son también capaces de captar sonidos e imágenes para alertar, sobre lo que hace el enemigo, lo que no garantiza, por otra parte, que los demás países no puedan hacer los mismos aparatos en un futuro.
Lo que se ha visto en las guerras en Irak y en Afganistán, tal vez sea lo último que pueda verse en cuanto a tanques rifles y cañones. Las bombas nucleares de Irán, Pakistán, la India y Corea del Norte, están orillando a los Estados Unidos a usar la más moderna tecnología para impedir que aquellos las utilicen.
Una teoría sobre el fin del mundo, sobre lo cual no he tenido la oportunidad de consultar con gente que sabe de Teología y Biblia, consiste en la autodestrucción de la humanidad, víctima de sus ambiciones y odios, no obstante, si Dios creó al hombre “a Su imagen y Semejanza” hay quienes dudan que Él vaya a permitir la autodestrucción del ser humano, sin embargo, los avances del hombre y sus enormes progresos, parecen a veces verdaderas armas suicidas.