El gobierno federal de México, no es ajeno a los fraudes cometidos con el programa de obras públicas conocido como 3 x 1, una buena fuente de ayuda de los inmigrantes radicados en los Estados Unidos.
Con este programa de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), las obras deben estar bien cimentadas en acuerdos con los respectivos gobiernos estatal, federal y municipal, las tres partes oficiales con la cuarta representada por una organización de oriundos.
No obstante, la corrupción de la que hace tanta “gala” un buen sector del gobierno y la burocracia mexicana, se ha empezado a aprovechar del dinero asignado para estas obras, a veces sin que en los Estados Unidos haya una organización real que responda con la parte financiera que le pertenece, porque, después de todo, aquellos corruptos no la necesitan, lo que quieren para completar el fraude es sólo el nombre de un club, o de una federación, y ellos se encargan de falsificar firmas y demás.
De esto deben estar enterados los directivos de clubes, federaciones y otras organizaciones de Chicago y poblaciones vecinas, ya que en su pueblo pueden estarse construyendo obras públicas de baja calidad y con un presupuesto inflado para cubrir la parte del dinero que no llegará de aquí. Quién pierde ante esta maniobra es la ciudadanía que recibirá –si bien le va- obras de mala calidad, ya sea una plaza, una escuela, o la pavimentación de una calle y si no se hacen, habrá alguien a quien culpar, al paisano.
El 3 x 1 es bueno, pero podría desaparecer si continúan los casos de fraude, mientras tanto, las autoridades mexicanas deben actuar al igual que los directivos de las organizaciones de paisanos radicados aquí, cerciorándose, no solo de que las obras que patrocinan con una cuarta parte del capital se lleven a cabo honradamente, sino también cuidándose de que no utilicen ni sus firmas ni el nombre de su club en obras no aprobadas por la parte de este lado de la frontera.