NSN.- El cierre de las dos plantas de producción de energía eléctrica localizadas en La Villita y Pilsen, programado, la primera para diciembre de este año y la segunda para el 2014, fue el producto de negociaciones entre el gobierno de Chicago y la compañía Midwest Generation, propietaria de las plantas para responder a la llamada “Ordenanza de Energía Limpia”.
Según Edison International empresa “madre” de Midwest Generation, tanto la compañía como el alcalde Rahm Emanuel estuvieron de acuerdo en que ahora lo importante será trabajar en el futuro de los predios donde están ubicadas las plantas, lo que dará oportunidad de desarrollo entre financiamiento del gobierno, fundaciones y recursos privados.
Las partes envueltas negociarán para considerar los usos potenciales, propiedad y financiamiento que permitan la transición. Pedro Pizarro, presidente de Edison, en un esfuerzo por contribuir al beneficio de Chicago, explicó las regulaciones ambientalistas que no entrarán en efecto hasta el año 2015 y las razones de la decisión de cerrar las plantas.
“Desafortunadamente, las condiciones del mercado mayorista de la energía no nos brinda el camino para continuar invirtiendo en la modernización de estas dos plantas (Fisk ubicada en el 1111 W. Cermak Road y Crawford localizada en 3601 S. Pulaski Road), es una decisión extremadamente difícil porque los hombres y mujeres que trabajan en esas plantas se sienten muy orgullosos
de su contribución en el suministro de energía eléctrica confiable y económica.
Trabajaremos de buena fe con el liderazgo del sindicato Hermandad Internacional de los Trabajadores de la Electricidad para llevar a cabo una transición que respete el dedicado profesionalismo que ellos representan”.
Midwest Generation llevará a cabo un mantenimiento seguro y cuidadoso mientras se desarrollan otras oportunidades y se exploran las alternativas de financiamiento. El retiro de estas plantas del mercado está sujeto a la aprobación de PJM Interconnection, que administra la distribución de energía eléctrica en 13 estados, incluyendo el noreste de Illinois y debe determinar que el retiro de estas plantas no presenta ningún riesgo en la confiabilidad del sistema de suministro de energía.