NSN.- Este sábado, el Chicago Fire inaugura la temporada 2012 en el Toyota Park, cuando enfrente al Union de Philadelphia en una jornada que empezará a las 7:30 de la noche, aunque el campeonato de este joven circuito para algunos equipos se inició dos semanas antes, y por tanto ya han disputado dos juegos, no para el Fire que lleva un jugado un encuentro, el cual por cierto empató 1-1 en Montreal ante el Impact, el fin de semana anterior.
El equipo arranca con renovados bríos, y si bien en el 2011 no pudieron llegar a las finales, en este, parece que la situación luce mejor, regresa el veterano del medio campo, Pável Pardo, así como el argentino Sebastián Grazzini, el mediocampista guatemalteco Marco Pappa, el costarricense Gonzalo Segares.
A este grupo se han unido el delantero uruguayo Federico Puppo y el mediocampista colombiano Rafael Robayo, naturalmente que regresan los delanteros ghaneses, Patrick Niarko y Dominic Oduro y recientemente se unió al equipo el estelar defensa de Alemania, Arne Friedich, además de los nacionales, entre otros: Jalil Anibaba, Cory Gibbs, el estelar portero y seleccionado nacional, Sean Johnson, el novato mexicano, Víctor Pereda y el capitán Logan Pause.
Todos, sin excepción, han manifestado que la temporada 2011 quedó atrás, que este es un nuevo campeonato y que el objetivo desde el sábado anterior, es el de ir en búsqueda de la clasificación primero y después, el mismo campeonato de la MLS.
Y aunque la temporada apenas se inicia, el Fire debe hacer mejor las cosas de lo realizado en Montreal, donde un equipo de expansión, como es el Impact, logró su primer punto como franquicia, ante uno de los mejores equipos del circuito, y ante casi 60,000 aficionados.
Mañana sábado, aquí en el Toyoya Park, deberá de haber un lleno completo, y si el Fire gana, el estadio se verá igual a lo largo del verano, de lo contrario, la afición se empezará a alejar como lo hizo el año anterior, y es que en Montreal, el Impact tomó la delantera por medio de su capitán David Arnaud, quien de un cabezazo timbró el primer gol del equipo, el que entró ya en los libros de su historia, para fortuna de Chicago, Oduro logró emparejar los cartones.