Ya ha sido escrita una de las recetas cuyos remedios el gobierno de Chicago tiene que adquirir para combatir el crimen y hacer disminuir los asesinatos causados por las rivalidades entre pandillas y esos remedios consisten en más policías y mejores patrullas.
Se ha hablado desde hace varios años de la necesidad de más guardianes de la seguridad y el orden al ejército de 10,000 con que cuenta el Departamento de Policía, y la cantidad solicitada ha variado de 500 a 1,500 nuevos oficiales, un incremento que tomará por lo menos dos años en que se haga realidad.
Por otra parte, fue presentado un nuevo modelo de autos patrulla con mayor protección para los patrulleros y más efectividad en cuanto a la velocidad, con llantas y ruedas más resistentes con las cuales el automóvil no patinará fácilmente ni derrapará en cualquier vuelta en las esquinas, sus puertas y cristales será más resistentes a las balas, se trata, como se ha dicho, de un “automóvil-tanque”. 500 de esas unidades han sido solicitadas y se estarán ensamblando muy pronto en la planta Ford de la Avenida Torrence en el sur de la ciudad.
¿Qué mas puede hacer el gobierno?. Los policías están debidamente preparados, desde hace 10 años se les pide como requisito dos años, mínimo, de estudios universitarios y cada oficial asiste periódicamente a clases de sensibilidad para mejorar su trato con el público y los sospechosos que detiene.
Una vez aumentado el personal policíaco y mejorado su transporte, nadie debe esperar que el índice del crimen baje automáticamente, porque queda la parte más importante que la ciudadanía, las familias, cada habitante debe hacer obedeciendo las leyes, sin poseer armas de fuego ilegalmente, renunciar a las pandillas.
Si la sociedad, los habitantes hiciera lo que moral y legalmente deben de hacer cumpliendo con sus obligaciones personales y familiares, no harían falta más policías, sino menos, ni sería necesario mejorar el medio de transporte de los patrulleros.
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