NSN.- A 103 años de que estallara el movimiento social de la Revolución Mexicana, hay muchos saldos pendientes, pues México presenta una condición similar a la de finales del “Porfiriato”, cuando la riqueza se concentraba en unas 200 familias mexicanas, señala la investigadora Amalia Fisher. La socióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), puntualiza que el Banco Mundial (BM), considera que 85% de las familias en México viven en situación de pobreza.
Al efectuar un análisis de los logros de la Revolución Mexicana, indica que las condiciones actuales reflejan que persisten grandes rezagos en materia de justicia social, lo que lleva a una enorme deuda de los gobiernos postrevolucionarios con diversos sectores de la población. En el campo se reflejan las mayores desigualdades, pues la propiedad está concentrada en grandes oligopolios, como sucedía en el Porfiriato, gracias a las reformas al artículo 27 constitucional de 1993 emprendidas por Carlos Salinas de Gortari. De acuerdo con datos oficiales, 550 mil hectáreas, es decir, la tercera parte de la tierra productiva de todo el país, es propiedad de la banca comercial o de grandes compañías trasnacionales dedicadas a la agroindustria. Como consecuencia de la política oficial hacia el agro, más del 40% de la tierra cultivable está inactiva, por lo que deben importarse granos básicos, o sea, el país no es independiente en materia alimentaria. El modelo económico aplicado por el gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) emanado de la Revolución, en las últimas dos décadas ha desarrollado un neoliberalismo equiparable al sistema económico desarrollado durante la dictadura de Porfirio Díaz.
De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), hay 30 millones de mexicanos en la extrema pobreza, en tanto se consideran en alta marginación 30 millones de habitantes más. De acuerdo con la socióloga, los mayores rezagos se ubican en las zonas rurales del país. Según su estudio:
-Hay 110 mil comunidades en las que viven menos de cinco mil habitantes, que no cuentan con los servicios básicos.
-La deuda de los gobiernos postrevolucionarios es principalmente con los indígenas, campesinos y con los trabajadores, sectores que fueron parte importante del movimiento armado y a los que la Revolución no les hizo justicia.
-La situación de los 10 millones de indígenas en el país es similar a la que vivían a principios de siglo. No tienen derecho a explotar las tierras de sus ancestros, no cuentan con apoyo, financiamiento ni ayuda técnica y el desarrollo del país los ha mantenido segregados.
-La situación de la clase obrera también es de alta marginación, pues un obrero que perciba salario mínimo debe laborar 92 horas a la semana para poder adquirir una canasta básica, es decir, para obtener el mínimo de satisfactores.
-La jornada de trabajo se extiende a casi 12 horas diarias.
-Respecto a la educación -indica-, el Estado ha sido capaz de reducir los niveles de analfabetismo, pero las cifras son aún preocupantes, sobre todo en un mundo globalizado.
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