Peligro creciente y latente

El actor Philip Seymour Hoffman, ganador de un Oscar y nominado a otros más, pasa a ser otra víctima de la drogadicción. Hoffman, de 46 años de edad, fue encontrado muerto en su apartamento de Nueva York el pasado domingo, aparentemente, víctima de una sobredosis de heroína. Según diferentes reportes, había una jeringa ensartada en su brazo y en su cuarto abundaban pequeñas bolsas plásticas, marcadas unas como “Ace of Spades” y otras como “Ace of Hearts”, nombres utilizados en el mercado de la calle. Hoffman vivió los altibajos ya conocidos: experimentación, adicción, rehabilitación, recaída, otra rehabilitación, abstención, otra recaída. El problema se agrava cuando un adicto compra drogas en la calle y desconoce su nivel de pureza y si ha sido mezclada con algo más.

Según autoridades, en salud en meses recientes, 37 personas han muerto en Maryland, 22 en el oeste de Pensilvania y otras en Illinois, Ohio y Nueva York por inyecciones de heroína adulterada con fantasy y opio sintético, que puede ser 100 veces más potente que la morfina.

Este creciente uso de las drogas ilegales, demuestra que no se ha ganado la guerra contra la drogadicción, por lo cual es tiempo de usar nuevos métodos.

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