En un mundo mejor, Washington estaría de acuerdo en una legislación que componga el sistema de inmigración y nos deje una estructura con la que podamos trabajar en el siglo XXI.

La Nación es capaz de arreglar uno de las más perversas situaciones para que los graduados de secundaria vayan a una universidad y se gradúen. Una nueva ley permitiría que los niños traídos aquí ilegalmente, califiquen para la misma ayuda financiera dada a estudiantes ciudadanos o residentes permanentes.

Los críticos dicen que sería premiar la ilegalidad, pero son niños que no pidieron venir aquí y el hecho es que se están graduando de las escuelas y no sirve ningún propósito el privarles de estudios universitarios.

Por supuesto, preferiríamos que Washington resuelva esto en lugar de agregar a los estados estos dolores de cabeza, a nuestro ya disfuncional sistema de educación, de licencias de conducir etc.

Sabemos también que a los cuerpos perezosos de la prensa gusta culpar de todo esto a los republicanos, pero lo cierto es que el más reciente presidente republicano que tuvimos dio un gran empuje para arreglar el roto sistema de inmigración cuando el actual presidente, formaba una mayoría en el Senado y no hizo nada cuando tenía también una mayoría demócrata en la Cámara Baja, mientras desempeñaba sus primeros dos años como senador por Illinois.