Más de cincuenta representantes de diferentes organizaciones fueron citados el pasado jueves al Museo Nacional de Arte Mexicano, para escuchar que ya se había decidido lo mas importante: el lugar donde en este septiembre se llevará a cabo El Grito, el máximo evento de celebración de las fiestas mexicanas de independencia.
La noticia fue mala: El Grito del próximo 15 de septiembre no se llevará a cabo en el Grant Park o en el Millenium Park, por razones, principalmente económicas, aunque esto último no se dijera en la reunión.
La importante ceremonia será en la Calle 26, ante el famoso arco de La Villita, teniendo como principal concentración popular, el estacionamiento del vecino Super Mall.
No es aceptable, que tan importante ceremonia de celebración nacional sea reducida a un acto de barrio, o por lo menos a un evento comunitario.
Mientras se ve si puede deshacerse lo decidido, hay que cuestionar al grupo de importantes personalidades de prestigio que encabezan el comité: Carlos Tortolero, presidente del Museo y el concejal George Cárdenas, respaldados por influyentes mexicanos como el empresario Alejandro Silva y el funcionario federal Martín Castro, el asistente del gobernador de Illinois, Javier Salas. ¿Tanto nombre de fama, poder, dinero e influencia, para esto?.
Sin tanta alharaca, organizaciones de la comunidad mexicana como Pilsen Neighbors, Back of the Yards Community Council, Little Village Chamber of Commerce, han organizado eventos del mismo calibre del que se espera ver el 15 de septiembre. Desde hace más de 40 años la Sociedad Cívica Mexicana encabezaba el esfuerzo porque se continuara realizando en el centro de Chicago, donde las fundadores de la organización iniciaron esta tradición.
¿Dónde está el mérito de la participación del Consulado y de dichas personalidades mexicanas?. Lo que es más importante: ¿dónde queda la dignidad y el honor de los mexicanos en este importante evento realizado en los mejores escenarios de la ciudad?
Ojalá que en lo que buscan algo de vergüenza para responder a esas preguntas, haya la voluntad de trabajo para que esta ceremonia no pierda su merecida relevancia y se celebre en el Priztker Pavillion del Millenium Park o en la concha acústica Petrillo del GranPark, o para este caso, en la Plaza Daley o en la Plaza Federal. La gran comunidad mexicana del área metropolitana de Chicago no merece menos.
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