La próxima semana los votantes escogerán a los integrantes de una nueva Casa de Representantes, a una tercera parte del Senado federal y a gobernadores en Illinois y otros 35 estados. Lamentablemente, muchos electores con el derecho de votar no votarán, unos por apatía y desilusión y otros porque carecen de una forma para identificarse. En Texas, gracias a una mala decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cada votante deberá presentar un ID por orden de una ley local aunque una corte determinó que dicha ley impedía el voto de gente muy pobre y de negros y latinos que más carecen de una forma de identificarse.
Bienvenidos al nuevo mundo de la supresión del voto, la culminación de un constante esfuerzo de legisladores estatales republicanos para hacer difícil que los americanos ejerzan uno de sus derechos más básicos. Es un esfuerzo cuyo efecto, sino es que su intención, ha sido la de reducir la participación de personas que históricamente han sido víctimas de discriminación. Ese derecho es ahora eliminado por la Suprema Corte que destruye el Acta del Derecho al Voto de 1965 y por un Congreso lento en su respuesta a la corte.

Lo que más disgusta de esta ola de leyes de identificación con fotografía para votar, es que ha sido justificada por ideas republicanas que porque se debe eliminar toda oportunidad de fraude electoral que, es cierto, amenaza la integridad del proceso, si esa amenaza existiera. Sin embargo pasarse por otra persona es un exótico e imaginario fenómeno, en su decisión para invalidar el requisito de la identificación con fotografía, la juez federal Nelva González Ramos hizo ver que en la historia de Texas se han producido solo cuatro casos de personas que querían hacerse pasar por otras, para votar.

A pesar del fallo de Ramos de que la ley contra el ID de Texas era violadora de la Constitución, este 4 de noviembre, millones de votantes con excepción en Illinois y en otros estados, votarán sin tener que identificarse.

Miles de ciudadanos han sido perjudicados por la decisión y lo que es peor, por otras leyes que les hace difícil votar, pero los republicanos no le bajan a su campaña para impedir el voto de las minoría y de las personas de bajos recursos que tienden a votar por los demócratas.