Por José Fierro

No se sabe la fecha exacta del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. La Iglesia Católica, en el siglo IV, estableció el 25 de Diciembre para su celebración litúrgica y así eliminar en el Imperio Romano las desenfrenadas fiestas saturnales con las que los paganos de la época, conmemoraban el nacimiento de su dios El Sol.

Lo anterior, ha sido motivo por diferentes grupos religiosos no católicos, para condenar la celebración de la Navidad. Afirmando que tal práctica es paganismo, no obstante, muchos de los que se oponen a la doctrina católica, en mayor o menor grado, de una manera u otra, observan o conmemoran dicha festividad. Gran parte de las Iglesias Protestantes, a pesar de que dicen atender como única fuente de conducta la Biblia y rechazar dictámenes de procedencia eclesiástica, celebran la Navidad en sus templos hasta con villancicos católicos como “ Noche de Paz “ y en lo particular en sus hogares, aunque atendiendo a sus doctrinas, la Biblia no dice que Jesús nació un 25 de Diciembre, ni que esto deba celebrarse.

San Francisco de Asís, fue quien por primera vez en el siglo XIII, inició la hermosa práctica de representar con imágenes sagradas el nacimiento del niño Jesús en el pesebre de Belén. Es satisfactorio, que también personas no católicas, que condenan la veneración y el uso de imágenes de la Virgen o los santos, olvidan en la época navideña estos prejuicios y adornan sus hogares con su nacimiento.

Miembros de diferentes sectas rechazan toda celebración navideña para no “contaminarse de paganismo”; pero aún este tipo de personas, en forma velada, también realizan algo así como su cena de navidad un día antes o después de la fecha tradicional y regalan juguetes a sus hijos pequeños y aún más, aceptan el aguinaldo que incrementa su salario con motivo de la Navidad, sin pensar que con esto se pueden contaminar de “paganismo”.

Si tienen negocios comerciales, también no temen pecar de paganos y hasta ponen ofertas de sus productos con motivo de la Navidad. Es curioso, pero existen sectas enemigas de la Navidad que aprovechan esta época en que sus adeptos tienen una entrada extra de su aguinaldo, para solicitarles sutilmente y sólo en su literatura oficial del mes de diciembre y/o enero, donativos para sostener su imperio religioso, sin temor de contaminarse también de “paganismo”. Ante la realidad de la Navidad, recordemos: si el cielo celebró con cantos gloriosos el nacimiento de Jesús y el Ángel de Dios anunció a los humildes pastores la llegada al mundo de nuestro Salvador, todos los cristianos debemos alegrarnos de la misma manera, en esta y todas las Navidades que nuestro buen Padre Dios nos permita estar en esta vida para celebrar a nuestro Salvador.