La lista de cosas por las cuales la ciudadanía de Chicago debe apoyar al comisionado del condado de Cook Jesús García es extensa, pero se puede resumir en un punto: sus orígenes políticos.

Desde que Chuy empezara a representar el barrio de La Villita en 1986, ganando una senaduría estatal ocho años más tarde, y ahora como comisionado del condado de Cook, ninguna sospecha de escándalo o de corrupción o conflictos de interés ha entorpecido su trabajo.

Esta campaña obteniendo el segundo lugar de los contendientes a pocos días de iniciada, se reflejó con claridad el hueco que llenan sus ponencias como el candidato con sentido común, con los pies en Chicago, no en Washington, D.C.

Su lanzamiento hace dos meses lo hizo después de que dos líderes, la presidenta del condado, Toni Preckwincle y la presidenta de la Unión de Maestros, Karen Lewis, decidieran no presentares en contra del actual alcalde Rahm Emanuel, quien una y otra vez ha demostrado su carencia de sentido comunitario, y un apego a políticas y políticos de nivel nacional con los que ha estado tan familiarizado desde hace décadas.

En su campaña para Comisionado hace más de cuatro años Jesús García caminaba por las calles de Pilsen indicando sus orígenes como inmigrante, las calles que recorría y las escuelas en las que estudio la primaria, hoy los datos los expresa con más precisión para reafirmar que él es de Pilsen y de La Villita.

Esta campaña lo ha llevado a muchos barrios, otros muchos barrios como Back of the Yards, Humboldt Park y Logan Squeare y West Town, que han carecido de un gobierno municipal con sentido comunitario desde hace muchos años.

“Comunidad” y “vecindarios” son expresiones contantes en el discurso político de Chuy García, palabras poco expresadas por Emanuel quien parece haber sido lanzado al puesto por Washington, no por la comunidad.