NSN.- El alcalde Rahm Emanuel dio esta semana varios pasos encaminados a limpiar la casa de las Escuelas Públicas de Chicago, que ha sido el centro de escándalos con conflictos de interés, malos contratos e ineptitud de algunos de sus funcionarios.
Emanuel empezó nombrando a cuatro nuevos miembros de la junta supervisora de las escuelas, reemplazando a Carlos Azcoitia, uno de los dos latinos de los siete que la integran. También saldrán Deborah Quazzo, mencionada en un conflicto de interés por trabajar con una firma que hace negocios con las escuelas públicas; Andrea Zopp, presidenta de la Urban League, también será reemplazada, así como Henry Bienen, presidente la Universidad Northwestern. Azcoitia ha sido director de escuelas públicas en La Villita y es maestro de la Universidad National Louis.
En su lugar fueron nombrados el padre Michael Garanzini, presidente retirado de la Universidad San Ignacio de Loyola; Mark Furlong, presidente de Harris Bank; Dominique Jordan Turner, presidenta de Chicago Scholars Foundation y Gail Ward, veterana de CPS y quien fuera directora de la prestigiosa secundaria, Walter Payton.
Emanuel dijo que se trataba de “nueva y prestigiosa sangre fresca” para supervisar las operaciones del sistema escolar de Chicago.
Quedan en el puesto el presidente David Vitale, Natalie Hines y Jesse Ruiz, quien dejo su posicioón de vicepresidente, al ser nombrado en abril superintendente interino de CPS tras la salida, ahora definitiva, de Barbara Byrd-Bennett.
Se culpa a Vitale de ser presidente de un banco mientras preside asuntos relacionados con las finanzas de CPS y por sus relaciones con la Academy Urban School Leadership, que ha hecho contratos con la administración escolar.
Esta misma semana, alcalde inició la búsqueda de quien pudiera ocupar el puesto dejado por Byrd-Bennet. Dijo que no tiene prisa “porque la administración interina de Jesse Ruiz, me da tiempo para hacer un buen sondeo”.
Esta misma semana, Ruiz, quien es abogado, dijo que no estaba interesado en ocupar el puesto en forma titular o permanente y que solo desea regresar a ser vicepresidente de la junta.
CPS está a punto de la bancarrota, sin una cantidad decente de fondos, con un presupuesto al que le faltan $1,100 millones de dólares y con un crédito cuyos bonos valen “basura”, según dos agencias especializadas en el crédito de gobiernos e instituciones públicas.
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