La semana pasada visitaron Chicago varios consejeros integrantes del Instituto Federal Electoral (IFE), que en México aplica reglamentos de elección y registro de candidaturas a nivel federal.
Vienen a informar casi de lo mismo que hace seis años, por eso consideramos innecesario e inútil su viaje, porque, si en tantos años ha cambiado muy poco el proceso de elegir presidente de México desde los Estados Unidos, para qué venir a hacer acá lo que se pudo hacer con comunicados, y ni eso, porque, igual, van a votar en el 2012 solo unos cuantos miles en un proceso tan importante en el que debieran votar millones de mexicanos, de ellos, cientos de miles de Chicago.
Es que el IFE opera basado en leyes que aprueba el Congreso con diputados y senadores que no quieren que votemos, porque acá no podrán manipularnos, menos en el voto ni mentirnos tanto en las campañas. Saben que los mexicanos emigrados a los Estados Unidos no son borregos como por tanto tiempo se les manejó a los ejidatarios y a los obreros.
Desde hace más de 12 años, los diputados del PRI que han visitado Chicago sin mostrar cierto interés en un posible proceso justo para ejercer el voto en el extranjero; los del PRD casi por igual y los del PAN han hablado bonito prometiendo mejores facilidades para votar, como lo hicieron al hablar en Casa Michoacán, en Casa Zacatecas y en el mismo Consulado General.
Veamos lo poco que ha facultado el Congreso para que los Consejeros del IFE vengan a Chicago a dar un reporte sin respuestas alentadoras:
¿Podrán votar millones de inmigrantes indocumentados que no tienen credencial de elector? NO.
¿Podrán obtener aquí, en el consulado, su credencial de elector? NO.
Bueno. La matricula consular, que es aceptada aquí por bancos y algunas agencias del gobierno. ¿Podrán ser utilizadas para votar? NO
¿Podrá votarse en consulados y embajadas que son territorio de México? NO.
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