Una de las peores masacres en la era moderna del estado de California, ocurrió el 18 de Julio de 1984. Hace 27 años, veintiuna personas perdieron la vida en manos de un loco llamado James Oliver Huberty quien fue muerto por la policía. Adicionalmente otras 19 resultaron heridas, varias de ellas de gravedad. El horrible suceso ocurrió dentro de una restaurante McDonald’s en el barrio mexicano de San Ysidro en la ciudad de San Diego.
James Oliver Huberty utilizó una ametralladora Uzi semiautomática, una escopeta de doce cartuchos así como una pistola de 9 mm. La gran mayoría de las víctimas eran mexicanas cuyas edades oscilaban entre los ocho meses hasta los 74 años. La masacre duró 77 minutos comenzando a las 3:40. Huberty disparó 257 balas antes de ser abatido por un francotirador del equipo especial del SWAT.
La policía al recibir la primera llamada de alerta del 911 se dirigió a una locación equivocada de McDonald’s justo al pie del puente internacional
con Tijuana. Quince minutos más tarde corrigieron y se apresuraron a llegar a San Ysidro a escasas dos millas de distancia. Mientras, en el interior del restaurante, el desquiciado Huberty se tomaba el tiempo para disparar sobre aquellos que asomaban la cabeza o hacían un desesperado intento por salir del McDonald’s.
Los primeros en morir fueron los alcanzados por las balas de la mortal metralleta. Huberty desde el mostrador vigilaba los movimientos de la
policía afuera y los de los aterrados clientes que trataban de protegerse bajo las mesas y detrás de los basureros del restaurante. El equipo SWAT ya se encontraba en posición y al darse la orden, un francotirador disparó a distancia y mató de un certero balazo al trastornado sujeto.
Los funerales de las víctimas se celebraron de forma multitudinaria en el Civic Center de San Ysidro y la Parroquia de Monte Carmelo realizó varias misas consecutivas por el eterno descanso de los muertos. El McDonald’s fue cerrado y en el terreno, cedido al municipio, se decidió construir un centro educativo dependiente del Southwestern Community College de San Diego y justo frente a sus puertas se admira un hermoso monumento dedicado a las víctimas de la masacre.
Son 21 pilares hexagonales de mármol blanco que varían desde 12 pulgadas hasta 6 pies de altura, unidos entre sí y con el nombre de cada persona que perdiera la vida esa fatídica tarde de verano en la bonita ciudad de San Diego.
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