El candidato presidencial a la nominación republicana, Donald Trump, ha reafirmado que si llega a ser presidente de los Estados Unidos, prohibiría la entrada al país a los musulmanes, ya sea como turistas o como inmigrantes, lo que significaría que a la salida del país de personas de esa religión, no podrían reingresar.
La propuesta de Trump, va más allá de lo hecho por el gobierno de China por medio de la llamada Acta de Exclusión, prohibiendo a los chinos la práctica de una religión, ya sea católica, cristiana en general, o la misma fe budista, creencias de personas de diferentes razas y nacionalidades, lo que en este caso dañaría enormemente el impacto de los intereses de este país en el mundo.
Dejando al lado la parte histórica del asunto, ¿Es éste el camino que los habitantes de Estados Unidos queremos tomar?, habitantes que en general, se enorgullecen de pertenecer a una nación de inmigrantes, de crear una diversidad y tolerancia entre las religiones.
El rabino Jack Moline, director ejecutivo de la Alianza Inter-fe ha articulado lo que más probablemente esté en las mentes de millones de estadounidenses al reflexionar sobre la propuesta de Trump. Moline ha dicho que “al deshacernos de la política nacional de Estados Unidos sobre inmigración y las religiones y la discriminación, no hará que América vuelva a ser fuerte”.
Las recientes propuestas del candidato republicano no son nada más que simples posiciones que nos hacen crear temores infundados y recordar los días más negros de la historia de este país. ¿Quién puede creer que esta es la forma de hacer que América país, avance?
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