NSN.- La calcomanía municipal para los automovilistas de Chicago, mejor conocida como City Sticker, es el centro controversias en la administración municipal donde el alcalde Rahm Emanuel ha hablado de aumentar su precio y diversificar la cuota ampliando la clasificación, según el tamaño de cada vehículo.
A la iniciativa del alcalde se opone la secretaria de la Ciudad, Susana Mendoza, quien ha dicho que hay una serie de problemas para hacer que todos los automovilistas tengan la calcomanía y la compren a tiempo. Según Mendoza, millones de dólares podrían recaudarse si se aumentan las multas de $120 a $200 al que no la tenga y trabajar con la Secretaría de Estado para hacer que cada automovilista con dirección en Chicago, cumplan con el requisito municipal.
Mendoza indicó que no se pueden aumentar los precios cuando no se está colectando todo lo que se debe recaudar en miles de automovilistas, que de una forma u otra no los compran, y que espera hablar personalmente con Emanuel para exponer su caso.
Por otra parte, una multa pocas veces aplicada podría cobrarse cada vez más a los automovilistas, no por carecer del respectivo City Sticker, sino por no quitar las calcomanías antiguas del parabrisas de su automóvil, lo que constituye una violación de seguridad porque impide una mejor visibilidad al conductor. La multa a quien no elimine las de años anteriores es de $120 dólares.
Los más afectados en la actualidad por es violación poco conocida son los residentes de Logan Square y del distrito o “Ward” 33, donde el concejal Richard Mell ha enviado cartas de advertencia a sus residentes.