Uno de los mitos más grandes de este país al que se le ha dado vuelo en las últimas décadas, es el de la seguridad en la frontera, tema que se ha convertido en el balón preferido por los políticos, especialmente congresistas, senadores y candidatos presidenciales.
A su conveniencia, fingen ignorar la importancia verdadera que tienen las fronteras en la problemática de la inmigración de personas y que menos de la mitad de los inmigrantes que residen aquí sin la debida documentación migratoria, han cruzado la frontera saltando ilegalmente la barda, cruzando la línea bajo tierra o nadando en el Río Bravo una oscura noche, la mayoría de los indocumentados, está formada por quienes han llegado como turistas, estudiantes o negociantes y se quedan cuando ven las grandes oportunidades económicas o sociales para su futuro, ¿Cuántos empleados consulares y de embajadas se han quedado en los Estados Unidos?, miles.
Por eso, la condición –entre otras- para que la reforma inmigratoria sea aprobada, consistente en asegurar la frontera del sur, lo que carece de sentido, toda vez que el ingenio humano encuentra siempre formas diferentes de burlar a las autoridades fronterizas. La necesidad es la madre del ingenio y esto ha sido probado una y otra vez por mexicanos y centroamericanos, que pronto iniciarán los y trámites para obtener su mica de residente legal.
Podríamos citar los nombres de los senadores y alabar el compromiso cumplido del presidente Barack Obama, y citar los millones de votos que depositaron los latinos el 6 de noviembre y las manifestaciones de cientos de miles de latinos, irlandeses y polacos en la década pasada, pero todo eso resulta secundario, ante la fuerza natural que señala cómo el hombre, la raza humana, va de país en país, camina, viaja en búsqueda de su ambiente aunque le tome décadas o siglos.
Son muchos los antecedentes históricos que señalan cómo los pueblos emigran, no en miles, sino en millones, naciones enteras se ubican en muchas partes de los diferentes continentes, es que, como dicen los filósofos, uno es de donde vive.
La reforma migratoria, que ya es negociada entre legisladores republicanos y demócratas, era una necesidad nacional, algo que tenía que darse de una forma u otra, por naturaleza, por eso en los anales de la historia universal, solo ocupará unos cuantos renglones.
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