Los principales candidatos presidenciales del Partido Republicano, luchan por demostrar quién de ellos sería más duro en contra de la inmigración ilegal para, por fin, tener unas frontera segura. Donald Trump encabeza esos esfuerzos indicando que “no tenemos fronteras” y que “la inmigración ilegal llega a niveles increíbles”, lo que deberá conciliar con el hecho de que hoy, es mayor la cantidad de inmigrantes mexicanos que regresan a su país, que los que entran a los Estados Unidos.
Para no quedarse atrás, Ted Cruz también dice que deberá sea construida una barda más grande, lo que ha provocado que Trump lo acuse de robarle sus ideas.
Construir la barda que Trump desea, probablemente constaría $12 billones de dólares, aparte de los $750 millones anuales que costaría su mantenimiento (sin contar el empleo de agentes, helicópteros, aviones y drones para evitar el cruce ilegal de la misma).
En el 2013, la revista Forbes publicó un reportaje escrito por el congresista federal Henry Cuéllar, demócrata de Texas, en el cual el legislador indicaba que “la construcción de un muro más grande es una solución del siglo XIV más que del siglo XXI”.
Este mes, el American Action Forum informa lo siguiente: “el esfuerzo de deportar tanta gente de los Estados Unidos e impedir el ingreso de más inmigrantes indocumentados sería enorme, y dependiendo de cómo el gobierno realice las detenciones, necesitaría gastar entre $100 y $300 billones de dólares en arrestar y deportar a todos los indocumentados, lo que se llevaría 20 años”.
Lo anterior sería, no solo el método perfecto para crear una catástrofe, también sería una inmoralidad contra la naturaleza de la humanidad destinada a cambiar de lugar en la búsqueda de progreso y bienestar.
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