Sin duda, Arne Duncan fue uno de los mejores superintendentes que ha tenido el sistema de las escuelas Públicas de Chicago, su papel (2002-2008) durante ocho años al frente de CPS fue ejemplar.
Duncan, ex-director de una escuela pública de Chicago, no solo dio prestigio al gabinete nombrado por el anterior alcalde Richard M. Daley, también dio prestigio a la administración del presidente Obama con su estilo limpio con su actitud abierta y sencilla, algo que tal vez en algunos momentos se le vio a Byrd-Bennet, pero su administración de tres años fue empañada con ambiciones secretas, hoy expuestas en calidad de crimen.
Duncan deja la administración federal de la educación pública, para regresar a Chicago, cuando el sistema que él una vez encabezó, está en los peores momentos de su historia, administrativa y moralmente, sin embargo no querrá saber nada de CPS, aunque sus concejos podrían ser bien tomados en cuenta por un alcalde que necesita mejores asesores. (Ver la columna “Dicen que…” en la página 4.)
Se puede culpar a Rahm Emanuel de haberle dado el puesto de superintendente a Byrd-Bennet, pero en torno a ese y otros nombramientos municipales, está un sistema que permite contratos municipales sin poner en concurso a compañías interesadas sin que haya una luz roja, y eso propició el oportunismo y el abuso de la hoy acusada.