Arturo Lavín Salazar

Arturo Lavin Salazar

Al frente del Programa Paisano que se hace indispensable

NSN.- El Programa Paisano, que en sus primeros años se le criticó, habiendo quien dijera que no servía “para nada” llega con buenas experiencias a una madurez innegable y amplía sus redes de servicio convirtiéndose en lo que es hoy: el principal medio de información y ayuda para los inmigrantes mexicanos que van y vienen entre los Estados Unidos y la República Mexicana.

Arturo Lavín Salazar es el cuarto director en Chicago del Programa, que a base de una campaña de servicios cada vez más apegados a las necesidades del migrante lleva ya cuatro años al frente en la sede consular de Chicago para ayudar a cientos de miles compatriotas, que ya tienen una idea más clara sobre para qué sirve y qué hace el Programa Paisano.

“El primer antecedente de esta oficina se remonta al año 2000 cuando Estela Guzmán, originaria del estado de Yucatán le tocó abrir por primera vez esta representación del programa cuando, al mismo tiempo se abría en Los Ángeles, las primeras dos representaciones que eran una exigencia antigua de la comunidad mexicana, en especial la de Chicago donde, gracias a su enérgica demanda expresada en una reunión realizada en La Villita en el ’89. A raíz de eso se da el primer operativo que se llamó “Retorno Seguro”.

Ahora, según Lavín, son 21 las dependencias del Gobierno federal las que conforman y respaldan el Programa Paisano y “ya es un ejemplo para otros países que desean conocer esta experiencia, especialmente cómo se coordina de manera intersecretarial en forma horizontal”. Nos dice que los más interesados en conocer de cerca como opera el Programa son los gobiernos de América Central con personas que atraviesan México a fin de llegar a los Estados Unidos.

Entrevistamos a Lavín Salazar cuando ya se acercan los días festivos de viaje con motivo de la Navidad y el Año Nuevo, la temporada más alta y cuando millones de mexicanos viajan de este país a México y viceversa.

Nuestra conversación se centra, más que nada, en la importancia de procurar la llamada Guía Paisano, un folleto con nombres, lugares, direcciones, números y fechas, además de una información que sirve de base y protección para al viajero mexicano. “Con la guía, nosotros hemos asumido el compromiso de informar, porque a muchos mexicanos les da igual. La Guía es actualizada cada cuatro meses, se hacen tres ediciones por año, esto, para que estén actualizados los números telefónicos que deban actualizarse y otros datos importantes”.

En total, son dos millones de guías en total las que se distribuyen, por partes iguales, un millón en los Estados Unidos a través de consulados, agencias de viaje, compañías de autobuses, casas de cambio, bancos, negocios frecuentados por la comunidad mexicana y por medio de organizaciones comunitarias.

Según nuestro entrevistado, el Programa Paisano ha cimentado su misión con nuevos elementos con vocación de servicio “son jóvenes empleados por el Instituto Nacional de Inmigración”. Hace énfasis en que “en el pasado, ‘dar mordida’, era la única forma de salir de algún problema que tuviera la persona al cruzar la frontera, ahora no”, indicando que en la actualidad la mordida y el soborno son la excepción, dejaron de ser la regla, lo que se atribuye a un público mejor informado, entre otras cosas a través de la Guía Paisano.

Aparte de los peligros causados por la ola de violencia que azota a ciertas regiones del norte del país, lo peor que le puede pasar al viajero, aparte de encontrarse con los peligros de violencia a través del camino, es la luz roja en el semáforo de la aduana, lo que hace que el viajero proporciones la información adecuada de lo que trae y si pagó los impuestos apropiados.

Nos recuerda que cada persona debe de asegurarse que el empleado de la aduana, o cualquier oficial de caminos, esté plenamente identificado, si va a pagar ciertos impuestos por lo que lleva, por ejemplo, si viaja solo y lleva aparatos electrónicos que son para más de una persona, al pagarlos, debe de exigir el recibo, de lo contrario, en el resto del camino le seguirán cobrando.

En estos casos, el Director del Programa Paisano en Chicago, recomienda que nadie acepte el llamado de un oficial hacia el interior de la oficina o a otra área alejada del público. “Lo que quieren es ‘arreglarse’ contigo y agrega que debe uno procurar estar con alguien, tratar el asunto donde haya más gente”.

Para quienes viajan “podemos servir de acompañamiento” dice Lavin, al referirse a la disponibilidad de los funcionarios consulares, especialmente del Programa Paisano que pueden ir orientándolos por radio o vía telefónica sobre lo que tienen qué hacer para evitar problemas y abusos y para que lleguen bien a su destino.

La Guía Paisano que puede ser adquirida en una oficina pública o privada o en un banco, contiene valiosa información y contesta preguntas sobre la importación de vehículos, permisos para ir en automóvil, cómo cancelarlos una vez que el vehículo esté de regreso a los Estados Unidos; qué se puede llevar sin que sea causa de impuestos, cuántas cosas, entre ropa y artículos electrónicos que puede llevar por persona. No obstante que cuando viajan tres personas o más de una misma familia poca debe ser la causa para que le cobren impuestos, si la cantidad de lo que se lleva corresponde al número de viajeros.

Lo que obstaculiza la estable operación de ayuda y servicios, son los cambios en leyes y disposiciones administrativas para pasar automóviles, o llevar ciertos artículos, que crean una confusión o favorece a la corrupción, ante esto, nos explica: “los cambios sobre la legalización de vehículos tienen que ver con lo que el Congreso decida, con lo que el sector automotriz disponga en el marco del Tratado de Libre Comercio. Las persona deben estar al tanto sobre los cambios antes de tratar de legalizar un automóvil porque puede ser víctima de fraude”, lo que nos lleva otra vez a los servicios del Programa Paisano ya que “el inmigrante ve en un oficina del gobierno a todo el gobierno”, por eso en la Guía se informa también de los servicios de Banjército, agencia al frente de las operaciones para la importación de vehículos. “No podemos decirle al público, ese problema no nos toca, es de Banjército, pero no, en la guía tenemos información al respecto.

Arturo Lavín Salazar tiene 35 años de edad, es originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, pero al hablar de su origen, también tiene que citar la ciudad de Monterrey, “es que soy regiomontano por adopción”. Está casado con Rosy Medina con quien ha procreado a tres niñas de 8, 6 y 1 año.

 

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