Una de las principales preocupaciones de las organizaciones enfocadas en asistir a los inmigrantes indocumentados con consejería, protección y representación, es el abuso de abogados que prometen lo que no pueden hacer y cobran lo que no reembolsan cuando fracasan en los casos que toman a veces a sabiendas de que no tienen solución.
Veamos los números dados a conocer recientemente por Juan Osuna, director de la agencia nacional Executive Office of Immigration Review con base en Washington, D.C., quien informó que los casos de inmigración estancados en las cortes aumentaron el año pasado a 486,206, y que son 30,000 más que el año anterior.
Eso da pié a preguntarnos ¿y los abogados de inmigración que tanto se anuncian en la radio, televisión, periódicos y revistas? con frases que nos hacen recordar a los vendedores de un flea market: “yo impido que lo deporten”, “usted puede arreglar por su trabajo”, “no problema”. Unos se promueven como los grandes negocios de franquicia, con oficinas centrales en Houston, Nueva York o Miami y con una oficina en Chicago para acaparar clientes que a veces nunca les ven su cara.
No nos extrañe, la justicia y la legalidad han llegado al año 2000 en vueltas en el comercialismo de la representación legal, lo que se ha extendido a la promoción de jueces en campaña para ser electos o reelectos.
Me llamó poderosamente la atención lo que a mediados de los 80’s, dijera el entonces presidente de la Suprema Corte de Estados Unidos, Warren E. Burger, criticando el comercialismo de la ley por la forma como se anunciaban los abogados, ofreciendo su representación casi como el que vende carros usados.
¿Cuántos casos de inmigración de inmigración han solucionado?, las cifras dadas a conocer por el Sr. Osuna desmienten la efectividad de la mayoría de los abogados de inmigración, que, creo, superan en número a los buenos y honrados abogados y abogadas de inmigración que simplemente no toman un caso al que no le ven solución.
Volvamos a las agencias y organizaciones que están al servicio de inmigrantes indocumentados, las que ayudan a que los residentes legales se hagan ciudadanos. Ahí ven si la persona interesada necesita realmente un abogado, y la mayoría de las veces no es ese el caso, porque reúne todos los requisitos con los cuales solo requiere de un asesoramiento que puede ser gratuito o por cuotas consistentes en unos cuantos dólares.
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