Diferentes encuestas demuestran hoy que el 90 por ciento de los estadounidenses, quieren que el Congreso apruebe una ley que haga obligatorio pedir el historial de antecedentes, a quien va a comprar cualquier arma de fuego, incluyendo a los que, sin poseer licencia, venden armas en las exposiciones y los que las venden vía internet.
Sin embargo, ante los asesinatos masivos ocurridos recientemente, el Congreso no parece preocuparse, su actitud es similar a la que tomó tras la masacre en la escuela de Newtown, Conn. en el 2012, cuando faltaron cinco votos a los 60 que se requerían para que la ley pasara al Senado.
Bajo la presente ley, solamente los que cuentan con un permiso están obligados a checar los antecedentes del cliente al igual que todo individuo dedicado exclusivamente al negocios de venta de armas, se le pide que tenga una licencia del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos.
Existe una definición muy vaga que permite a ciertos individuos vender armas en grandes cantidades sin tener que contar con una licencia y sin pedir antecedentes al comprador.
Mientras ciertos legisladores federales tratan de definir lo que es “negociar” en lo referente a la venta de armas, muchos estados ya cuentan con reglamentos que podrían servir de guía: las leyes de impuestos.
Al determinar qué tipo de ventas están exentas de impuestos, muchos estados adoptan un sistema específico para considerar no solo la cantidad de productos vendidos, sino la naturaleza del negocio y lo que vende. En lugar de regresar a debate usual sobre la proliferación desértica de armas que resulta casi siempre en muchas palabras y poca acción, la administración del Presidente Obama debe utilizar la forma que algunos estados aplican con los impuestos sobre la venta de armas. Sería un modesto avance para terminar con los huecos de la venta de armas y aumentar los chequeos sobre quienes las compran.