NSN.- Una parte de los residentes a lo largo de la Avenida Ashland mostraron esta semana su preocupación sobre los planes dados a conocer por la Autoridad de Tránsito de Chicago (CTA) para agilizar y ampliar el tránsito de autobuses en esa importante arteria.
La sección, objeto de los cambios planeados, abarca de la Armitage, en el norte, hasta la 31th St. en el sur, dos puntos importantes para el tránsito vehicular, pero residentes y comerciantes de la parte norte del proyectado plan han mostrado su disgusto en la primera de una serie de reuniones públicas sobre las obras porque podrían cambiar “para mal, más que para bien”, sus comunidades atravesadas por Ashland Ave.
Tal es el caso de los miembros de la Grand Neighbors Association, que han organizado juntas, la primera de ellas el pasado martes. Creen que una mejor ubicación de la ruta 9 de autobuses con circulación en el centro de la Avenida con estaciones cada cuatro cuadras, haría difícil el tránsito de vehículos en sus comunidades, especialmente si se prohíbe dar vuelta a la izquierda como lo indica el plan de la CTA.
Mientras que hay quienes apoyan el plan que empezaría con obras a mediados del año entrante, al indicar que ofrece “una buena experiencia en transportación masiva” otros citan un plan alternativo como la Randolph Fulton Market Association, que pide menos paradas de autobús, estaciones de espera (“Shelters”) y semáforos especiales para los autobuses.
Las obras costarían 10 millones de dólares por cada milla en el trayecto de 51/2 y media, y si los cambios resultan exitosos, podrían extenderse abarcando de Irving Park Rd a la 95th St. Unas 16 millas, en años posteriores.
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