*Operaban la red más grande de su tipo en el país
*Otros se declararon culpables
*No hay fecha de sentenciar para los Leija Sánchez
NSN.- Una sentencia de decenas de años de cárcel espera a los hermanos Manuel y Julio Leija Sánchez, de 45 y 37 años respectivamente, por una serie de delitos federales, cometidos para hacer crecer y mantener su negocio consistente en la falsificación y venta de documentos falsos, desde “green cards”, tarjetas del Seguro Social, licencias de conducir y matrículas consulares, vendidas a veces en “paquetes” con valor de entre $200 y 500 dólares.
Al delito de la operación de documentos falsos se agregó el del tráfico de inmigrantes a quienes los ponían a vender los documentos falsificados y el de asesinato e intento de asesinato. Los hermanos ordenaron matar a uno de sus ex-integrantes, Guillermo Jiménez Flores, apodado “El Montes” porque intentaba iniciar otro negocio similar y lo mataron mientras viajaba en un taxi en la ciudad de México, guiado por Gerardo Salazar Rodriguez a quien le pagaron $3,000 dólares por el crimen, pero éste se entregó después a las autoridades en Chicago, para acusar a los Leija Sánchez, quienes, mientras aquel declaraba en esta ciudad, estaban en la capital mexicana, buscándolo, para matarlo.
Otro hermano de los jefes de la banda, Pedro Leija Sánchez, se declaró culpable el año pasado de formar parte de la red, al igual que Elías Muñoz el fotógrafo que en un estudio ubicado en dicho “mall” tomaba fotos de quienes quisieran una credencial falsificada.
La banda operó durante casi 20 años, principalmente en el barrio de La Villita donde los hermanos Leija Sánchez tenían negociada la protección de su área de control con los Latin Kings para impedir que más individuos pudieran usar la calle 26 para la venta de otros documentos falsos.
El negocio les produjo a los Leija Sanchez y sus allegados decenas de millones de dólares en las décadas de 1985 al 2008, año en que fue destruida la operación con las redadas, que con lujo de fuerza realizaron agentes el FBI, de la Policía de Chicago y del Sheriff del condado de Cook, clausurando durante varias horas el popular Super Mall de las calles Albany y 26th St.
La red de falsificadores controlada desde Chicago tenia filiales en otras ciudades como Denver y Los Ángeles y era la más grande de “miqueros” en el país.
El lunes terminó un juicio que duró cinco semanas en una corte federal del centro de Chicago, presidido por la juez federal Rebeca Pallmeyer quien no puso fecha para la sentencia que, se cree, que podría ser de varias décadas de prisión para cada uno de los hermanos.
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