Al llegar a esta importante etapa, no podemos acudir a las palabras de cliché, “no ha sido fácil”, porque, en realidad, ha sido relativamente fácil publicar desde octubre de 1996, semana a semana, un periódico que entonces decidimos llamar, al calor del siglo que fenecía y de otro que avizorábamos, Nuevo Siglo.
Sí, el trabajo ha sido arduo, y si usted quiere, no compensado justamente con dinero y otros bienes materiales, pero ha producido grandes satisfacciones. Mil semanas con mil “cierres”, mil columnas Dicen que dicen…, mil editoriales y mil entregas a la imprenta, mil viernes de repartición en rutas que han variado pero que se han tenido que recorrer mil veces.
Para ello nos han acompañado las satisfacciones de contar siempre con un personal de diseño, redacción, ventas y distribución consistente en pocas personas pero serias y profesionales, comprometidas con un buen trabajo reflejado en las reacciones positivas del público, en las satisfacciones de los clientes, los anunciantes, la mayoría de los cuales han empleado nuestros servicios de pu-blicidad casi desde la primera edición y otros que terminan sus acuerdos después de una exitosa campaña, para volver después a anunciarse en nuestras páginas.
Si el corazón geográfico de Nuevo Siglo está en el sur de la ciudad, en torno al Barrio de las Empacadoras (pri-mero en McKinley Park y desde hace 12 años en Brighton Park) el alma de este semanario ha estado en todas las comunidades latinas de Chicago y suburbios, en los lugares donde captamos hechos de interés, acontecimientos dignos de contar, inquietudes que hay que dar a conocer, causas que hay que promover, personas a quién entrevistar.
La inquietud de los propietarios y editores de Nuevo Siglo Newspaper, León Martínez y Ezequiel Banda Sifuentes ha sido, más que nada, periodística porque, por más que bajen en ocasiones los fondos que da la publicidad, en alto han permanecido las ganas de, sin falta, sacar Nuevo Siglo a las calles, por eso, en dos ocasiones, publicamos dos ediciones, sin número, la primera con motivo del fallecimiento del Papa Juan Pablo II, y tres años más tarde otra edición especial con detalles sobre la Independencia de México cuyo limitado tiraje de algunos miles, se repartió en copias durante el multitudinario desfile de la Calle 26, un periódico en hojas color sepia con un anticuado formato, simulando lo que sería un diario de aquel septiembre de 1810.
La pasión que provocó el publicar este periódico ha continuado, a pesar de los embates de la creciente tecnología cibernética, madre de los medios sociales que están cambiando el modo de informar y ser informados, eso ha causado bajas en la prensa escrita, no obstante, aun queda mucho lugar para la información en papel como la que empezara a escribirse hace miles de años en papiro, algo que bien podría prevalecer durante varios siglos más.
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