NSN.- Se inició ayer la fiesta del fútbol, la gran fiesta de cada cuatro años, y que en esta ocasión le correspondió a Brasil promoverla, pero hay que anotar que casi desde que se anunció su sede empezaron los problemas sociales, con marchas multitudinarias pidiendo por la cancelacion de la misma y exigiendo que los miles de millones de dólares que se ocuparían en la organización del Campeonato Mundial, mejor fueran destinados a la construcción de escuelas, hospitales o carreteras.
Las marchas, manifestaciones y protestas se incrementaron durante la Copa Confederaciones y en días previos al arranque del campeonato, pero como era de esperarse, el gobierno no cedió y ayer empezó el Mundial 2014, aun sin que en algunos estadios no se hayan terminado su construccion en un 100%, y el fin de semana pasado los trabajadores del Metro sostuvieron su paro laboral, lo que ocasionó que el gobierno de Sao Paulo despidiera “por justa causa” a unos 60 empleados del sistema de transporte, el mayor la ciudad brasileña.
Sin embargo, esta paralización amenaza con dejar sin transporte a miles de aficionados que asistirían al partido inaugural de ayer entre Brasil y Croacia, debido a que el Metro es el principal medio de transporte para llegar al estadio.
Pero a pesar de que la Gobernación de Sao Paulo dejó claro que endurecerá su trato a los huelguistas, amparada por la decisión del Tribunal Regional de Trabajo que declaró ilegal la huelga por considerarla “abusiva”, muchos días antes se seguía reafirmando que la escasa transportación terrestre y las largas distancias entre las subsedes, resultaría un caos entre los aficionados, pero esto, está por verse, y pronto.
Por lo pronto, parece que el primer problema para el gobierno brasileño es la huelga de trabajadores del Metro, sistema que depende de miles de trabajadores y sólo como una muestra, apuntaremos que de los 1,534 trabajadores que deberían acudir a trabajar el lunes, sólo 255 aparecieron. Y si bien la selección mexicana aún no se enfrenta al caos de las grandes urbes brasileñas, ya se encontró con el primer inconveniente extraordinario.
En efecto, el lunes en la mañana, el Tri, con cuerpo técnico y dirigentes incluidos, debieron trasladarse en taxis al entrenamiento por una falla en el autobús. Seis taxis y una camioneta de la FIFA suplantaron las funciones del camión…y esto sólo es el inicio.
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