Hasta hoy, los únicos congresistas republicanos que presionan para que se cierre el gobierno federal, es un grupito de radicales de la derecha, los mismos que Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en el Senado llama “anarquistas”.
Pero el miércoles todos los líderes republicanos se unieron a los anarquistas para anunciar sus planes para pedir que se elimine el fondo del cuidado de salud como condición para hacer que el gobierno siga operando después de este 30 de septiembre.
Su decisión hace muy posible lo inoperante del gobierno al empezar octubre. En el pasado, las amenazas de clausurar el gobierno quedaban en la nada porque los republicanos estaban dispuestos a negociar los presupuestos aunque terminarán por quedar afectados algunos programas, pero lo de la salud no debe ser negociada ni por el presidente Obama ni por los demócratas,
Al optar este camino, los republicanos manejan hacia el precipicio después de haber eliminado los frenos.
Lo peor, el liderazgo de la Cámara Baja anunció una serie de demandas a la Casa Blanca, a cambio de elevar el techo de la deuda para mediados de octubre. Las demandas fueron dadas a conocer por el líder de la mayoría, el congresista Eric Cantor: que se apruebe la línea petrolera (oil pipeline), que se retrase el Obamacare por un año y que se cambie el código de impuestos que, sin duda beneficiará a las grades corporaciones.
Esto es pedir entrada al camino de la anarquía.
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