Una madre afro-americana se ha quedado sola, sin sus cuatro hijos, tres varones y una mujer, muertos en forma similar, victimas de la violencia armada que continúa afectando los barrios más pobres de Chicago con asesinatos y otros crímenes.
Poco o nada se sabe del padre de los muchachos, ultimados con arma de fuego, el último de los cuales era Ronnie Chambers, de 23 años de edad, nuerto a balazos la semana pasada.
Esto trae el tema de los orígenes de la violencia que radican, principalmente en la familia.
Entre el enorme bosque de discusiones y controversias sobre la proliferación de armas de fuego en las calles y casas de Chicago y la falta de vigilancia policiaca, han quedado borradas las huellas de la ruta de la violencia que se origina en el seno del hogar donde, desgraciadamente, es común que solo esté la madre para todo, para proveer, albergar, dar de comer y vigilar a los hijos.
El alcalde, el gobernador, el presidente y el mismo jefe de policía, hablan poco de los verdaderos motivos de los asesinatos, porque no quieren dar la impresión de desentenderse de su trabajo que es el de gobernar, vigilar, cuidar a los habitantes, por lo que queda a los medios, a los pastores y guías espirituales de la comunidad señalar la raíz del grave problema.
Por más que se quiera señalar la falta de vigilancia policíaca como de la causa de los asesinatos, no se da en el blanco del asunto, la abundancia de las armas de fuego son marcadas también como causantes, en una de las ciudades con leyes más duras contra la tenencia de pistolas y rifles mientras tanto padece el mayor índice de homicidios, prueba de que hay algo más profundo que se tienen que ver: la familia, cómo vive, cómo está integrada, cuáles son las prioridades de los padres, o en muchos casos, de la madre o del padre.
Han caído en oídos sordos los consejos de que se vea menos televisión y se lea más, se conviva más, que hablen más padres e hijos, se han llegado a citar los índices más altos de criminalidad en las comunidades donde una gran cantidad –sino la mayoría- de familias, están encabezadas por la madre, con la triste realidad de que la falta del padre no podrá ser sustituida con los mejores maestros, ni con mejores policías.