Julio Rodríguez

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Julio Rodríguez, en la obra negra de lo que será la nueva “Dulcelandia”, en el 3000 al oeste de la calle 26. Es el nuevo presidente de la Cámara de Comercio de La Villita y tiene plena confianza en el potencial económico de su comunidad.

Presidente de la Cámara de Comercio de La Villita, orgulloso de su comunidad

NSN.- Pregúntele a Julio Rodriguez sobre la Cámara de Comercio de La Villita, sobre su barrio y los negocios de la calle 26 y no parará de hablar, sin ocultar su optimismo, aparte está el hecho de que escuchó del mismo alcalde de Chicago reafirmar recientemente que “la calla 26 sigue siendo la gran generadora de impuestos, en primer lugar después de la Avenida Michigan”.

Este joven empresario y emprendedor, fue elegido presidente de la principal cámara de comerciantes latinos existente en el Medio Oeste de los Estados Unidos como es oficialmente llamada Little Village Chamber of Commerce, después de que, por motivos de negocio renunciara Alex Castro, quien había sido reelecto para un segundo período (de dos años).

Joven como su antecesor, Rodríguez nos dice que la Cámara está en una nueva etapa, y que opera con nuevos elementos y con mayores energías. “Yo quiero que La Villita se convierta, ante los ojos de todos, en un faro de cultura y comercio. Representamos a nuestra comunidad, porque todos aquí vienen de muchas partes de México, todos somos mexicanos, somos latinos, somos ‘chicagoenses’. Que toda persona que venga aquí se de cuenta de eso. Todos estamos a bordo. Que todos logren lo más que puedan mientras yo sea presidente de la Cámara de Comercio”.

Hijo de una familia de negociantes como son sus padres Eduardo y Evelia Rodríguez, líderes en la comunidad mexicana, Julio ha aprendido claramente una cosa: la importancia de saber de negocios, y cita el caso de sus padres al abrir el restaurante “Lobo de Mar” en Cicero, “ellos no saben nada de restaurantes, pero saben de negocios y eso es muy importante. No importa que negocio pongas”.

El Presidente de la Cámara de La Villita conoce a fondo la comunidad, “aquí crecí, aquí fui criado, fui a la escuela primaria ‘Gary’ y después a la secundaria Brother Rice”, sabe de las enormes necesidades de su comunidad, especialmente de los negocios que desde hace décadas padecen la falta de estacionamiento, problemas económicos, crimen, problemas con las autoridades, pero él cree que la comunidad comercial de La Villita empieza a recuperarse, las rentas son más baratas y hay la posibilidad de que, en cooperación con el concejal Ricardo Muñoz se obtengan más espacios de estacionamiento, por lo pronto al tomar más espacios de las calles laterales y no descartar la construcción de un estacionamiento en un lugar estratégico. “Es cuestión de localizar el lugar y asegurar los fondos, pero de esto nada seguro hay todavía”.

Será el primer presidente que trabajará estrechamente con Muñoz, a quien dice conocer bien, especialmente después de que coincidieran en una convención de NALEO (siglas en inglés de la Asociación de Latinos Electos y Nombrados) a la que asistieron el entonces senador estatal Jesús Garcia y el Congresista Luis V. Gutiérrez. Agregando que “creo que tengo mejores relaciones con Muñoz que otros presidentes anteriores. Vamos a desarrollar una muy buena relación de trabajo”. Lo que se cree facilitará y ampliará las vías en asuntos relacionados con permisos y zonas a favor de los comerciantes.

Abundado sobre Muñoz: “Voy a entablar una línea de comunicación con él, voy a hablarle, a tocarle la puerta. Ya tuvimos una junta y se mostró muy abierto hacia nosotros, hacia la Directora Ejecutiva. Estoy entusiasmado, de que la gente vea que estamos en las bases para la recuperación de la economía”.

La apatía de no pertenecer a la Cámara al no interesarse por pertenecer o simplemente de no asistir a las juntas, a pesar de que cuenta con cientos de miembros. “Esa es una de las cosas que queremos cambiar, creo que entre más informados estén de los beneficios de la Cámara, van a querer interesarse en lo que realmente está pasando en la comunidad, sobre por qué hay negocios que están cerrando, edificios vacíos y de la ayuda que pueden recibir al solicitar permisos”

Cree en la sinergia de los negocios “si el negocio de enfrente le va bien, le va bien al mío”. Sabe que el comercio en la calle 26 era más fuerte, no había locales vacíos. Lamenta que las tiendas ocupen el cuarto lugar en la lista de negocios en La Villita, mientras que el principal renglón lo ocupan los negocios de servicio como restaurantes, abogados y contadores, pero reafirma que hay lugar para todos.

Pero todo va a cambiar, “esto se va a recuperar. Puedo sentir el progreso, el avance, tanto, que estoy poniendo mucho de mis inversiones en esta calle.

Entrevistamos a Julio Rodróiguez en Dulcelandia, ubicada en el 3000, la esquina de las calles 26 y Spaulding, la segunda dulcería más antigua de la familia Rodriguez y él ya trabaja para cambiarla de domicilio en la misma 26. Nos llevó por un recorrido donde estará ubicada dentro de algunos meses la nueva dulcería a unos pasos al este, en el 3253 de la 26. La obra negra del interior del edificio esta por concluirse, y será muchas cosas más, no solo dulcería.

Cree que con la ayuda del concejal y de la Cámara, otros comerciantes como él, podrían empezar a recuperarse, y aunque la falta de estacionamiento es grave, no cree que un restaurante tenga que contar con estacionamiento para tener éxito en sus ventas “si tienen buena comida y da buen servicio lo del estacionamiento es secundario”.

Le encanta la ventaja que le da la ubicación de su negocio en relación con las oficinas de la Cámara en el 3610 de la misma calle, a tres cuadras de distancia. “Eso lo puedo recorrer a pie” nos dice sonriendo pues la cercanía le permitirá ver negocios, platicar con otros comerciantes, ver lo que hace falta y ver por qué un negocio va a cerrar, envolverse con los comerciantes.

Julio Rodriguez tienen 37 años de edad, está casado con Verónica Rodriguez, con quien ha procreado dos niños de 4 y 2 años de edad.