NSN.- Una huelga de maestros podría dejar a 300 mil estudiantes de las escuelas públicas de Chicago sin clases, con padres de familia disgustados y con oficiales de las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) y del gobierno de la ciudad, presionando al gobernador Bruce Rauner para que termine el bloqueo entre él y los líderes demócratas en Springfield.
Aparentemente ese es el razonamiento detrás de las amenazas de huelga, expresadas el domingo por la presidente de la Unión de Maestros de Chicago (CTU), Karen Lewis.
Por su parte, Rauner dijo al canal 32 de la cadena Fox que “la razón por la que una huelga se dará dentro de 60 o 90 días es porque necesitan el dinero”, porque Chicago necesita la ayuda , que él está dispuesto a dar sólo si logran leyes que reduzcan el poder de las uniones.
Rauner, espera que los padres de familia y el gobierno de Chicago presionen a los legisladores demócratas para que aprueben leyes que eliminen parte de los poderes de los sindicatos para que haya un acuerdo en el presupuesto entre demócratas y republicanos, algo que políticamente no afecta al gobernador quien es apoyado mayormente por padres que no tienen hijos en escuelas públicas.
No hay ninguna agencia que necesite más dinero del estado que CPS, que hace meses sufrió un corte de 200 millones de dólares basados en el dinero que cuesta cada alumno ya que este año bajó la cantidad de estudiantes inscritos en las escuelas públicas de Chicago.
Por su parte, el superintendente de CPS, Forrest Claypool, hizo un llamado a la Unión para que se una en sus esfuerzos pidiendo más fondos escolares en Springfield, pero lo que ha hecho el sindicato, es pedirle al gobierno de Chicago “que imponga más impuestos a los ricos”.
CTU informó que esta misma semana haría prácticas para la votación de una posible huelga que, de ocurrir, iniciaría en abril, pero mientras tanto podrían realizar paros esporádicos.
Si la huelga es iniciada, los legisladores demócratas encabezados por Michael Madigan, representante de un distrito del suroeste de la ciudad, podrían verse presionados a negociar con el gobernador Republicano y ceder en lo que él quiere.