Las medidas del gobierno de Chicago y las autoridades escolares, sobre la clausura de escuelas por causas como la falta de alumnos y el bajo rendimiento académico, ha reflejado una imagen peor, la segregación de las comunidades afro-americanas de Chicago en el sur y el oeste.

El mapa escolar muestra que la mayoría de las 54 escuelas está en barrios negros, no en comunidades integradas ni en áreas habitadas por anglos o por latinos.

Aparte de la realidad que hacen necesaria la clausura de esas escuelas, lo mismo nos hace ver lo alejadas que están del resto de los habitantes, una segregación que fue la que, después de todo, orilló a los afectados a la pobreza y al olvido, dejándolos al margen del sistema.

Por más que se lamenta la clausura de escuelas, que hoy vemos como algo necesario, pero más necesario será que se trate frontalmente el problema de la segregación racial, que en parte, ha originado tanto atraso en la educación.