NSN.- El grito de campeones, que por 29 años se aguantaron los seguidores del Tigres, por fin explotó en las gargantas de una de las aficiones más nobles del fútbol azteca, cuando su equipo venció de manera contundente 3-1, para un global de 4-1, al Santos Laguna, para coronarse por tercera ocasión y primera, desde el lejano 1982.
Por tanto, el pasado 11 de diciembre pasará a la lista de fechas gloriosas en la historia regiomontana, en una jornada en la cual, los aficionados empezaron a saborear el campeonato, desde que Héctor Mancilla timbró el primero para empatar el marcador y dejando el global 2-1, desde entonces, los Tigres no dejaron de rugir, al imponerse otra vez a los laguneros, quienes pusieron la dignidad al ponerse adelante en el primer tiempo, a pesar de tener un hombre menos, para su infortunio, el heroísmo no les alcanzó.
Y es que los felinos sostuvieron un segundo tiempo agobiante, prácticamente al borrar de la cancha a un Santos que seguía entregado pero sin idea, nada les salía bien, aunque mucho contó el toque de polémica que puso el “Chiqui-drácula”, Marco Antonio Rodríguez, quien se convirtió en un protagonista más de la batalla, expulsando al portero Oswaldo Sánchez en el primer tiempo y a Felipe Baloy en el segundo, dejando al Santos con nueve y a los Tigres con 10, al expulsar también a Israel Jiménez.
Y con el canto en las tribunas de “Somos incomparables”, los universitarios enfilaron hacia el campeonato, poniendo fin a “la maldición”, para lograr su tercera corona y por primera vez, lograron coronarse en el Volcán; por su parte, los derrotados, prolongaron su propia “maldición” al sumar su quinta final perdida fuera de Torreón.
Con el 1-0 en la ida, Rodríguez empezó a cavar la tumba para Santos, al expulsar a los 12 minutos a Oswaldo Sánchez, quien marcó un penal claro sobre Danilinho, pero lo peor fue que expulsó a Sánchez, quien no había tocado al brasileño en su temeraria entrada, por tanto, Benjamín Galindo tuvo que sacar a Darwin Quintero para reemplazar a su portero, y Miguel Becerra entró directo a recibir la metralla de Lucas Lobos, logrando detener la pena máxima del argentino.
Con 10 hombres, los bien llamados “Guerreros”, lograron lo inesperado, cuando Oribe Peralta, que cerró en el área chica un gran recentro de Chema Cárdenas, silenciando un momento al Volcán al poner el 1-0, dejando el global en 1-1. Pero en el complemento, Mancilla puso el primero a los 52 minutos, y luego de varios avisos Danilinho, el segundo y para entonces, Santos ya estaba herido de muerte.
Galindo sacó a Morales y Cárdenas para la entrada de Ludueña y Cándido Ramírez, mientras Ferretti se dio el lujo de poner Alan Pulido por Mancilla, y éste no desaprovechó la ocasión, al firmar la humillación con el tercer tanto, 4-1 global, ante la locura de La Sultana del Norte, que no durmió esa noche, en la que por momentos se olvidó de algunos apellidos como Batocletti, Mateo, Boy y Miloc, quienes ganaron la corona en 1982, ahora serán recordados Lobos, Mancilla, Palos y Álvarez, entre otros.