NSN.- Lourdes Espinoza es una gran activista que, a pesar de sus logros y sus luchas, aún puede pasar desapercibida en donde quiera que esté, su voz es delgada y aguda y su aspecto amable ayudan a una imagen de la que “no rompe ni un plato”, no obstante, en ella se encierra la pasión de una gran michoacana, luchadora y persistente en lograr lo que se propone y no tanto para ella, sino para su familia y su comunidad.
Es la única mujer Consejera elegida por voto popular en Chicago hace más de dos años para integrar el Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, organización formada durante la administración del presidente Vicente Fox, y desde entonces, el Instituto ha sido catalogado por muchos como “inútil, prescindible e intranscendente”, en lo que la señora Espinoza no está de acuerdo.
En Aurora creó la organización Community Defense Foundation, en la cual se ayuda a la gente a conocer sus derechos. “Nos llaman muchas personas, les conseguimos ayuda legal, especialmente cuando las arrestan por manejar sin licencia y los criminalizan. Si no tenemos una participación organizada en esta sociedad, va a ser difícil obtener la legalización. Por eso lo que hago es ayudarles organizarlos a que tengan una participación en forma cívica y participativa”.
Esta activista residente de Aurora, Illinois, fue la principal organizadora de la marcha más grande que se haya realizado en la historia de esa ciudad, cuando en el 2006 salieran a las calles de esa población al oeste de Chicago, 15,000 personas en demanda de un pronto arreglo migratorio para los millones de inmigrantes indocumentados que hay en el país.
“Yo pienso en que, si un mexicano quiere que cambien las cosas, éste es el mejor momento para trabajar y lograrlo. El trabajo es mucho pero, si no lo empezamos a hacer, nada va a pasar” nos dice quien llegara a los Estados Unidos en 1992, poco después de que estudiara Leyes en la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia. Vive en el área de Chicago desde 1998.
Algo de sus conocimientos puede aplicar aquí donde con su esposo, cuenta con un negocio de asesoría legal a través de un abogado, mientras que ofrecen servicios de traducción, de intérpretes y notaría para al comunidad inmigrante. Comprende que a muchos asusta la palabra “notario” por el desprestigio que ese oficio tuvo en décadas pasadas pero considera la importancia de “notarizar” documentos por una cuota muy baja.
En la actualidad encabeza, junto con el también Consejero del IME, Jorge Mújica, el Comité Electoral Local (CEL) formado con otros activistas de Chicago y poblaciones vecinas, para organizar las elecciones de las cuales surgirán los nuevos consejeros del CCIME (Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior).
Está muy orgullosa de los cambios que se le han hecho al IME durante el actual período 2009-2011, y de los consejeros que terminan al finalizar este año. “Integré el Comité de Asuntos Políticos en el que se formaron cuatro áreas para los siguientes asuntos: consulados, inmigración, laborales y del voto en el exterior”.
Nos cuenta cómo lucharon los consejeros para que, al fin, se tuviera en México una nueva ley de inmigración, y que fuera aprobada hace solo unas semanas. La que había antes, además de no servir, “era incriminatoria, pero, en esta nueva ley trabajamos con otras organizaciones civiles de México y otras de los Estados Unidos, grupos de inmigrantes, unidos estuvimos trabajando, cabildeando y para mí ese logro fue muy difícil, duro, nos costó, pero se nos escuchó” indica al referirse a los diputados y senadores que, antes, no entendía la importancia de los derechos de los inmigrantes.
Nos dice ser una luchadora “sin pelos en la lengua, de hablar con la verdad y muy claro y les dije que no quieren repartir el pastel para acá” al referirse sobre los derechos del voto que tanto los legisladores como sus partidos deben aprobar. “Les dije: ustedes no tienen voluntad política”, y reafirma que a ella no le anima ningún interés político.
Con orgullo indica que los consejeros del Instituto tienen ahora más poder, con más votos de decisión que la directiva ejecutiva. “Antes teníamos tres votos contra dos de los directivos, ahora tenemos cinco y aquellos nada”. Hace énfasis en que, como consejero, se trabaja mucho y que no hay compensación monetaria “somos voluntarios”.
En el IME los integrantes del Consejo Consultivo lo único que se les da es pasaje y hospedaje. A consejeros como ella no se les paga por ejemplo, la gasolina que gasta en ir y venir de Aurora a Chicago a diferentes reuniones.
Las personas que aspiren a un puesto como el que dejará en unos meses Lourdes Espinoza, deben estar dispuestas a viajar por lo menos dos veces a México y hablar español. Esta consejera hace ver que “de poco sirve que la persona que quiera ser consejera, o consejero, tenga títulos y grandes conocimientos si no va a tener el tiempo para asistir a las reuniones. El IME es la única forma que tenemos para comunicarnos directamente con el gobierno de México” nos dice y al reconocer errores en el Instituto insiste: “debe evolucionar para que sea funcional y que en él podamos tener más instrumentos de cambio en las leyes. Este Instituto representa un acercamiento muy fuerte y muy importante. Está, y debe estar en proceso de cambio”.
Nació en Apatizingán, Michoacán, es madre de dos hijos de 21 y 16 años y de una hija de 14, está casada con Ernesto Yep con quien conduce su negocio de asesoræia para inmigrantes Defensa Comunitaria.
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