Otra temporada de excesos

Desafortunadamente en estos tiempos duros de la economía, y cuando los trabajos escasean, hay gran necesidad e inseguridad hasta en, si habrá comida, especialmente para los jóvenes, los niños y las familias, por lo cual hay que regalar solamente lo indispensable y a quienes lo necesitan.

Pero tal vez si todos pensaran como nosotros la economía estaría en una situación aún peor. Los centros comerciales vacíos y el comercio no se basarían en los productos de China hechos por trabajadores con salarios de hambre, o en las inseguras fábricas de Bangladesh.

Sin embargo y a pesar de la crisis en los Estados Unidos los automóviles tienen que ser dejados afuera porque no hay lugar en las cocheras llenas de cosas, y cuando ya no hay espacio donde almacenar las que menos sirven para ir a visitarlas cada mes.

Un plato de sopa hecha en casa entregada personalmente, es la mejor forma de recordar a los seres queridos que un insignificante regalo, tan común en estos días, mejor que regalar una camisa que no es de la medida y de un color que disgusta. Las personas ancianas necesitan menos cosas y más de nuestra fuerza y de nuestro vigor y es lo que menos les damos, ellos y otras personas apreciarían mejor una llamada, una tarjeta con un saludo o una visita de la familia, o de los vecinos.

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