Hace dos semanas los estadounidenses festejaron en mesas repletas de alimentos en celebración de los tiempos en los cuales nativos de estas tierras recibieron a los peregrinos europeos que huían de la persecución religiosa que padecían en Inglaterra. En ese contexto, pensemos en lo negativo, con lo que se ve hoy a los refugiados de Siria e Irak.

La Casa de Representantes, acaba de votar para suspender la ayuda a refugiados que vienen huyendo de los terrores del Estado Islámico, creando una ola de inmigrantes que ya llega a los 4 millones, mientras que los mismos terroristas tienen como blanco a Estados Unidos, pero este mes el Senado se dispone a deliberar sobre dicha votación mientras que el presidente Obama ha dicho que vetará tal medida.

Casi 50 demócratas sumaron su voto, animados por el temor y de paso convirtiendo en intereses políticos la situación desesperada de los refugiados.

Lo peor, a sabiendas de que Obama vetará la medida anti-refugiados, congresistas y senadores se prestan a contrarrestar, bloqueando el presupuesto con lo cual podríamos esperar otra clausura del gobierno y esto es lo que debe ser respondido con un estruendoso NO.

La medida que quieren bloquear, principalmente los republicanos, suspendería la ubicación de sirios e iraquíes, mientras que se crean nuevas medidas de seguridad, lo que requerirá que Homeland Security y el FBI y otras agencias de inteligencia, se responsabilice por cada persona que sea admitida, no obstante que ya existe un sistema aplicado por la Alta Comisión de Refugiados de la ONU, que decide a cuál país envía a cada refugiado y los enviados a este país son investigados escrupulosamente por agentes especiales antes de que viajen a los Estados Unidos.

El Washington Post citó esta semana a un funcionario del departamento de Estado quien informó que “aproximadamente una docena” de 785,000 refugiados admitidos por país desde el 9-11, han sido arrestados por antecedentes que los ligaba al terrorismo y que ninguno de ellos procedía de Siria.

Los tiempos de crisis requieren mentes claras y razonamientos centrados y es el momento de que nuestros líderes demuestren que los tienen.