La crisis de salud en Estados Unidos no es el criticable caos en el que está el Obamacare, no, más crítica es la situación en que están personas como Richard Streeter, de 47 años de edad, un mecánico de vehículos de recreación de Eugene, Oregon. Su problema no es el Obamacare, su problema es que no llegue a tiempo.

Streeter tenía décadas con seguro médico pero en el 2008 su patrón ya no se lo ofreció. Dice que después trató de comprar un seguro individual pero como fumador de toda la vida y a sus casi 50 años no podía comprar algo que pudiera pagar.

Este año empezó a ver sangre en su excremento y a sentir dolores en su recto, pero por falta de seguro no vio a un doctor.

La semana pasada acudió a un radiólogo, se prepara para una posible batalla contra el cáncer y ve una luz de esperanza: que ya firmó para estar protegido con el Obamacare, que entrará en efecto el 1º de enero.

Hoy, la tragedia para él, no son los obstáculos a que se enfrenta el Obamacare, sino que tal vez no llegue a tiempo para salvar su vida.