NSN.- Resultó una explosión de bateo de los Cardenales y de Albert Pujols, en particular, el regreso de la Serie Mundial a Arlington, donde el dominicano se metió a los libros de récords al sacudir tres jonrones que produjeron seis carreras y su equipo derrotó 16-7 a los Rangers el sábado, para tomar una ventaja 2-1 en el “clásico” de Otoño, al tiempo que Pujols, escribía su nombre en un grupo selecto, al convertirse en apenas el tercer jugador con tres jonrones en un juego de Serie Mundial, los otros fueron: Babe Ruth, dos veces, en 1926 y 1928 y Reggie Jackson en 1977.
La feria de batazos sucedió, cuando la afición pensaba que en esta serie dominaría el pitcheo, toda vez que los dos primeros juegos fueron ganados por la mínima diferencia, 3-2 por los Cardenales el primero y 2-1 por los Rangers el segundo, pero los “toleteros” despertaron el sábado y aparte de los tres estacazos de Pujols, su compañero Allan Craig también conectó otro, y a esta feria de jonrones, se unieron Nelson Cruz y Michael Young de los texanos, con un cuadrangular cada uno.
Pero el domingo, un día después de lograr cifras récords de carreras y hits, los Cardenales fueron dejados en blanco y limitados a dos imparables, ambos de Lance Berkman, cuando el zurdo Derek Holland guió a su equipo a una victoria por blanqueada de 4-0, en el cuarto partido, para empatar otra vez la serie y el lunes, los Rangers tomaron la delantera al ganar 4-2, con un batazo clave de Mike Napoli, combinado con un enredo de las comunicaciones con el bullpen de los Cardenales para dejar a su equipo a una victoria de conquistar su primer campeonato de la Serie Mundial.
Al final, Tony LaRussa explicó la situación que vivió en el octavo inning, cuando las bases estaban llenas y el juego empatado, cuando el receptor de los Rangers conectó un doble productor de dos carreras para que Texas viniera de atrás y ganara el juego, el manager de los Cardenales, explicó que había llamado al bullpen previo en la entrada para pedir que Rzepczynski y Jason Motte estuviesen listos, pero el coach del bullpen Derek Lilliquist, sólo escuchó el nombre de Rzepczynski. La Russa volvió a llamar para preguntar por Motte y, según Lilliquist, escuchó “Lynn”. Ese sería el relevista Lance Lynn.
“Son cosas que pasan. Hacía mucho ruido. A veces, uno llama y hay que esperar que la gente baje el ruido”, dijo La Russa, enfatizando que se sintió más frustrado cuando Rzepczynski no pudo fildear la pelota y por las numerosas oportunidades que su equipo desaprovechó para anotar carreras, y la verdad es que San Luis pagó caro el haber dejado 12 hombres en bases, incluyendo la casa llena en el quinto y séptimo inning.
La victoria en el quinto juego, dejó a los Rangers a un paso de su primera corona en su medio siglo de existencia como franquicia, pero la serie se prolongará posiblemente hasta hoy viernes, debido a que el miércoles se pospuso por la lluvia, y si los Cardenales la empataron ayer jueves, entonces el clásico se definiría hoy, dando fin a otra agotadora temporada de béisbol de las Grandes Ligas.