Más violencia. Es el nivel del riesgo en el mercado de drogas ilícitas. En el momento de su caída, Joaquín “El Chapo” Guzmán, probablemente supervisaba un imperio consistente en 150,000 empleados, según Malcom Beith, autor “The Last Narco”, una biografía del narcotraficante. Su caída podría ser violenta, indicó. “Cada vez que el liderazgo de un cartel tiene problemas, hay guerra de bajo nivel”, dice el escritor, y cuando eso pasa, el gobierno presiona y ataca, dijo Michael Braun gerente y consultante de la compañía de seguridad SGI Global y quien en el pasado fuera alto oficial en la DEA (Drugs Enforcement Administration).

“Llegó el tiempo de que los gobiernos de México y Estados Unidos apliquen todos sus recursos atacando al cartel en todos sus niveles”, dijo Braun a la agencia Reuters. Sin embargo, este logro del presidente Enrique Peña Nieto será inútil si no hace esfuerzos mayores para acabar con la corrupción que ha mantenido a Guzmán todos estos años”, indicó a la vez Edgardo Buscaglia, experto en crimen de la Universidad de Columbia.

Según Buscaglia, los políticos que protegieron a “El Chapo” no han sido arrestados, ni los empresarios que negociaban con él. Sin eso, los arrestos y el desmantelamiento de los carteles no van a tener ninguna consecuencia”