En la década pasada, un estudio realizado por la Universidad de Illinois, dio a conocer, como alarma para la comunidad latina del estado, este dato: jóvenes latinos, los principales en morir en accidentes de tránsito.

Tal vez no es sea todavía el caso, pero vale la advertencia en estos días calientes de verano cuando se unen dos factores, las altas temperaturas y los días festivos, días de fiesta y parranda.

Para combatir esta epidemia de accidentes fatales, en su mayoría, causados por quienes manejan bajo los efectos del alcohol y las drogas, el gobierno de Illinois ha estado haciendo su parte y esta semana, con motivo de la celebración del 4 de Julio, empezó a instalar detectores de aliento alcohólico en conductores con previos antecedentes de DUI (Driving Under the Influence), dispositivos que impedirán que el motor del vehículo sea puesto en marcha.

Lo anterior, más que hablar bien de las autoridades, habla mal de la sociedad, de las familias, que necesitan, además la intervención divina, la supervisión oficial, para que los jóvenes, y otros no tan jóvenes, dejen de matarse en calles y carreteras.