Los términos “Stop and Frisk”, ya no serán tomados tan a la ligera por los oficiales del orden, cuando detengan e inspeccionen corporalmente a los sospechosos, generalmente jóvenes.
Inmediatamente después de firmado tal acuerdo entre Unión Americana de Libertades Civiles y el Departamento de Policía, cada uno de los 12,000 policías de Chicago deberá documentar por escrito la raza de la persona detenida y el motivo de su detención, el sospechoso, por su parte, podrá preguntarle al oficial su nombre y verle la placa para confirmarlo.
Como parte del acuerdo, los policías recibirán instrucciones y entrenamientos para aplicar el nuevo reglamento que, según el superintendente Garry McCarthy, creará una carga más al trabajo que a diario hacen los uniformados.
Un detalle interesante, según el mismo McCarthy: servirá de ejemplo para otros departamentos del país: dos veces por año, el ex-juez federal Arlane Keys, recibirá un reporte en el cual podría constatar el cumplimiento del acuerdo.
Cierto, los policías tendrán una labor más que desempeñar, pero mientras esta se enfoquen en las mismas personas que están para proteger y servir, así sea en la detención de sospechosos, vale la pena esta certificación de los detenidos, a raíz de una práctica contra un sector de los habitantes de Chicago que ha estado recibiendo más vigilancia que protección, de la policía de la ciudad.
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